miércoles, agosto 09, 2006

Hipocondrias I (antiguo)

(Antiguo borrador que quedó en el tintero de las conexiones inestables)

Ahora sí que se está de náufrago, en la playa y con muchas cosas que hacer. Viene hasta bien el encierro.

La pena es la ausencia de doctores en condiciones por aquí, resulta que comencé a sufrir una especie de "mareos" o "vértigos", muy extraños; No era que me rodara la visión ni que viera mal, sino como un desenfoque o una tendencia a evitar mirar fijamente algo... muy extraño. A colación de ello venía como una sensación de agobio muy aguda y una sensibilidad extraña, como cuando uno está en una situación crítica y te entra el miedo o "tembleque", por último se me dispara el pulso y empiezas a acelerarte y acelerarte... Imagínense cómo está uno al final del proceso cuando tiene dicho cocktail en el cuerpo. efectivamente la primera vez fui a urgencias a que me congelaran como Walt Disney hasta que me dieran un diagnóstico.

No pudo ser, el veterinario..digo doctor de urgencia que me atendió aquí en mazarrón se limitó a explorarme y darme por diagnóstico un cuadro de ansiedad. Qué bonito.
En la segunda visita a urgencias no cambió mucho el diagnóstico, cuadro de estres, pero sí el doctor, éste era un gordito calvo malahostia que bien se jugó el que le vaciará todo mi supuesto estrés en su cuerpo. Imaginaros como estaba yo de "tranquilico" en la consulta con mis males para que el hombre se pusiera a meterse conmigo e increparme de "por qué iba yo para allá!!". Casí le indico a él en primera persona cuales son las dolencias y roturas que hay que sufrir para no merecer urgencias, sino la uci.

En murcia ya la cosa parece ser un poco más científica, me indican que me revise los oídos en el otorrino y que me haga una analítica con chequeo de tiroides incluido. Pensé que les saldría caro, porque según introdujeran mi sangre en la máquina de las hormonas ésta iba a explotar como si de un alcoholimetro en manos de Paul Gascoine. Pero no, resulté estar como un toro, y no por las hormonas que se encontraban todas dentro de sus límites.
El otorrino según vio las radiografías indicó que el manchurrón negro que me salía en la cabeza estaba bien, que eso era AIRE (alucinante de veras), que lo que estaba mal era mi nariz, en concreto mis fosas nasales, excesivamente pequeñas, lo que junto a mis alergias propiciaba la acumulación de mucosa y demás que degeneraban en sinusitis de "caballo", lo que él me diagnostico y bajo lo que estoy en tratamiento. Con un maravilloso cocktail para el estómago de corticoides, antibióticos y anithistamínicos; Cosa que me inhibe de beber en quince días, al menos me servirá de cura aunque tampoco es que mi nivel alcohólico sea siquiera mentable.

(Seguirá, publicado por antigüedad)